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Duro diagnóstico: Falta decisión política para impulsar buses eléctricos en Perú

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Vigésimo primero a nivel mundial y líder en el ranking sudamericano, Perú es uno de los países con mayores niveles de contaminación del aire, según un informe publicado en el 2019, por Greenpeace y IQAir.

Estas posiciones alarmantes, obligan con urgencia a la nación peruana a repensar su modelo de movilidad y a empezar a decantarse por las energías limpias. La incorporación de los buses eléctricos sería, en efecto, un gran paso en esta transición.

“Los buses eléctricos mejorarían la calidad de vida del transporte público en el país. Hoy ese tema es un desastre, hay demasiada contaminación ambiental”, advierte Adolfo Rojas, presidente del Comité Consultivo de Aedive Perú.

Con una flota de más de 29 mil vehículos que renovar, muchos de ellos con más de 12 años de antigüedad, un servicio de transporte que avanza a 20 kilómetros por hora, un tráfico abarrotado y la ausencia de un plan con un sistema integrado, Perú pide a gritos por un cambio a la electrificación, aunque esto no sea una tarea sencilla.

“Estamos rezagados en comparación al resto de Latinoamérica”, asegura Rojas, quien destaca que “tan solo hay cuatro buses eléctricos en todo el país”.

En la actualidad, Perú se encuentra en una etapa de homologación, convocando a asociaciones expertas como Aedive para consultas. Sin embargo, es difícil conseguir resultados exitosos sin un trabajo en conjunto a la par.

“Todavía no se puede articular con la autoridad de transporte urbano un modelo de negocios y financiamiento que genere interés y esto se pueda masificar”, señala el empresario.

Ante este panorama escaso de licitaciones, según Rojas, “nadie se anima a comprar los buses eléctricos” porque, por supuesto, las empresas no quieren arriesgar su capital.

En la búsqueda por reducir la incertidumbre en el ambiente, el Estado ocupa un papel fundamental. Una de sus principales tareas es la de formalizar el sector, a través de reglas claras. “El mercado de transporte en Perú es bastante informal. La banca tiene mucho pavor cuando se le solicitan préstamos”.

Asimismo, Perú cuenta con algunas normativas. A un paso de ser publicado, se encuentra el decreto número 022-2020, el cual aprueba las disposiciones de carga y abastecimiento de energía para la movilidad eléctrica. Por otra parte, ya hay infraestructura de carga tanto para edificios como para las electrolineras. Solo es cuestión de homologarlas y estandarizarlas.

La transición para el país sudamericano recién comienza pero bien tiene en mente los beneficios del camino hacia los buses eléctricos, como la rentabilidad de su mantenimiento, la eficiencia, los repuestos y la escasa contaminación, por citar algunos.

“Hoy las grandes empresas petroleras del país están evaluando seriamente incorporar temas ligados a autobuses eléctricos. Si esto sucede es porque se han dado cuenta de que hay demasiados beneficios sobre estas tecnologías”, explica Rojas y cierra: “Un bus tradicional tiene 2 mil piezas mecánicas, mientras que uno eléctrico tiene cien. Es un mar de posibilidades”.

fuente: anap.pe 

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